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| Emblemático Programa Lions Quest |
Por: Federico Nakachi Morimoto (*)
Los diferentes medios de comunicación, nos dan señales de alerta, acerca de un problema que viene desarrollándose, como una de las tantas formas de expresión de la violencia en nuestra sociedad, y que tiene como protagonistas y a la vez víctimas, a nuestra juventud, no solo en los barrios de las ciudades, campos deportivos y estadios; sino en la misma escuela. Este es el denominado pandillaje juvenil.
Este fenómeno, que muchos tratadistas han estudiado a todo nivel y multidisciplinariamente; al parecer tiene como un punto de origen el seno de la familia; y dentro de ella una de las tantas explicaciones que se dan es la falta de comunicación entre sus miembros, el quiebre de la autoridad en el hogar, la poca atención a las inquietudes juveniles y su escasa o nula participación en tareas de la casa y comunidad.
Han querido los tiempos modernos que vivimos, que no se priorice el trato familiar que vincule a los jóvenes con sus mayores, más de las veces por la ausencia de los padres en los momentos que el joven, realmente necesita de un soporte y consejo; los cuales de alguna manera como ya hemos reiterado en otras oportunidades, los recibe de terceros.
Es así que nuestros jóvenes, que en la etapa adolescente se encuentran en una etapa difícil de formación de su personalidad, buscan en las pandillas, un lugar donde ganar protagonismo, respeto y una suerte de nueva familia, que no lo limita con regulaciones de conducta; sino que muchas veces -según estos criterios- le brinda respaldo, consideración y nuevos paradigmas a emular.
De otro lado, la situación económica que golpea a muchos hogares de los sectores C, D, y E de nuestra población, el desempleo que agobia a contingentes de nuevos jóvenes que salen cada año de los Colegios Secundarios, sin tener visos de un futuro; también los obliga a refugiarse en las pandillas, donde el dinero fácil y mal obtenido, aparenta solucionarle sus problemas.
Si a este panorama sumamos, la desintegración de muchos hogares, con padres separados que no ejercen ni la jefatura, ni la buena orientación de sus hijos; tenemos ante sí el escenario perfecto para que nuestros jóvenes opten por caminos equivocados.
Felizmente para todos nosotros, La Asociación Internacional
En lo que a nuestro país se refiere, con mucha alegría hemos recibido la gratísima noticia de que Lions Quest ha asignado 100 mil dólares para los talleres de nuestros cuatro Distritos Leonísticos; y con los cuales se organizarán talleres para profesores de los Centro Educativos, previamente seleccionados.
De esta manera, contribuiremos como Leones a fortalecer la unidad alumno-escuela-familia-comunidad; y brindaremos a nuestros jóvenes la orientación necesaria, fortaleciendo su autoestima, y ayudándoles a forjar su personalidad; para que se conviertan en ciudadanos útiles y de provecho.
Estaremos dando - sin duda- un nuevo curso a la historia; al contribuir a combatir, no solo el flagelo de las drogas, que como tentación se les presenta, sino la violencia juvenil. En esto, maestros, padres de familia, jóvenes y la sociedad toda, tienen un gran reto. Los leones ya lo hemos asumido y estamos trabajando en ese sentido; apostando por una juventud sana y con futuro.
(*) Ex Gobernador Distrito H-4(Perú)
Asesor Nacional de Relaciones Públicas
Distrito Múltiple H-Perú
www.clubdeleonesperuh4.com
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